Creo que el de ayer ha sido el día en el que he visto el mar romper con más intensidad de todos los años que llevo observándolo. De hecho, hubo unos cinco minutos, a eso de las cuatro de la tarde, en los que la situación fue de una de las manifestaciones de fuerza más impresionantes que he visto de la naturaleza. Posiblemente el viento le diese al momento un punto extra de ímpetu, pero durante esos cinco minutos, entraron 3 o 4 series seguidas impresionantes, que llenaron de espuma el espacio entre las Islas Gabeiras y la playa, elevándose sobre los acantilados a alturas pocas veces vistas. Las fotos de esos cinco minutos, fueron las que ilustraron la entrada de ayer.
Unas dos horas más tarde, coincidiendo con la marea llena, volvimos a bajar a la playa. El espectáculo seguía siendo tremendo, con las espumas chocando contra la base de las dunas. En una de las series, la ola que se formó en el rebote generó una onda estática de unos tres metros de altura, que se mantuvo enroscándose sobre sí misma durante unos diez segundos, hasta desplomarse y avanzar contra lo poco del puente que resistió a Hércules.
Hoy no he podido bajar a la playa a ver los destrozos. A última hora de ayer, la lengua de arena, que en los últimos años dirigía la desembocadura del río hacia Outeiro, había desaparecido. En el medio de la playa, las dunas tenían cortes de varios metros. Miles de toneladas de arena movidas en muy pocas horas que creo que cambiarán la fisonomía de la playa durante años.
Unas dos horas más tarde, coincidiendo con la marea llena, volvimos a bajar a la playa. El espectáculo seguía siendo tremendo, con las espumas chocando contra la base de las dunas. En una de las series, la ola que se formó en el rebote generó una onda estática de unos tres metros de altura, que se mantuvo enroscándose sobre sí misma durante unos diez segundos, hasta desplomarse y avanzar contra lo poco del puente que resistió a Hércules.
Hoy no he podido bajar a la playa a ver los destrozos. A última hora de ayer, la lengua de arena, que en los últimos años dirigía la desembocadura del río hacia Outeiro, había desaparecido. En el medio de la playa, las dunas tenían cortes de varios metros. Miles de toneladas de arena movidas en muy pocas horas que creo que cambiarán la fisonomía de la playa durante años.
La octava foto seguida de su ampliacion en la novena me parece una pasada. Metro y medio rompiendo hacia el mar!! Es como un pico al reves.
ResponderEliminarSaludos
Nuevas playas las que ahora tenemos, esperemos que con buenos fondos para tener unas olas de calidad...y una reflexión, puede ser que hay que replantearse la construccion de las pasarelas de madera, el mar acaba de dejar claro que no las necesita y deben ser otras las facilidades de acceso sin la instalacion de tantas pasarelas.
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