LOS OCHENTA
Alberto.- En 1978, con la carrera terminada,
Vicente se traslada a trabajar a Coruña, con lo que la comunicación entre los
surfistas de Vigo y de la ciudad herculina, que hasta entonces había sido muy
puntual, aumenta, consolidándose los lazos en 1981 cuando Vicente se traslada a
trabajar a Ferrol.
Con Vicente viviendo
en Ferrol, era muy frecuente que en verano nos acercásemos hasta Doniños y Pantín.
De Pantín tenemos el firme recuerdo de que en aquellos años no había nadie en
playa, y cuando digo nadie, es absolutamente nadie, sólo nosotros y la gente de
Coruña. Y si hoy la playa aún mantiene un aspecto salvaje, imagínate como era
entonces. Uno de los recuerdos más especiales que guardo de aquellos días era
ir deslizándonos sobre las olas, y ver bajo nosotros, bandadas densísimas de
robalizas que se impulsaban con las olas igual que nosotros.
Poco a poco, sobre todo a partir de 1980,
Nicolás, Nacho y Víctor comenzaron a venir con menos asiduidad a la playa, por
lo que de pronto, nos quedamos los hermanos surfeando solos en Patos, salvo
alguna que otra persona que lo probaba esporádicamente pero que no lo
practicaba con asiduidad. Y así fue hasta 1984. Cuatro años en los que
estuvimos prácticamente solos, hasta que a partir de esa fecha, y sobre todo
1986, aumentó muchísimo el número de surfistas. Desde entonces nada volvería a
ser igual y comenzarían los problemas y el mal ambiente en la playa. El tema de
la masificación lo vivimos muy pronto en Patos.
De entre todos los
surfistas que se iniciaron durante esos años, merece una mención
especial Alfonso “Chonchi” Montenegro, sobrino de Víctor y Nacho, quien se
puede decir que fue el primero, junto con Balbi, en dominar realmente el Pico.
El comenzó a surfear en 1980. Fue además el primer surfista bohemio, el primero para el
que el surf se convirtió en la prioridad total, por encima de los estudios, el
trabajo, …. Estaba tan centrado en el surf, que en un año su nivel subió
muchísimo. De todos era quien más asiduamente viajaba a Portugal por la calidad
de las olas que allí había. Solía viajar en tren, y a su paso por Ancora, en
donde el tren hacía el trayecto a menor velocidad, se tiraba en marcha para
llegar antes a la playa. Fue también de los primeros en practicar parapente. Y
el primero al que vimos hacer un 360, ayudado por la falta de una de las
quillas de su tabla, que había perdido, y que tardó semanas en arreglar ….
Otros a mencionar de aquella
época serían Miguel y Carlos Riera o Miguel Fariña, que aún hoy es un surfista
habitual en Patos.
Suso.- En el verano de 1986 se produjo
una primera explosión de practicantes. Ese año abre el taller de tablas Frus,
lo que el elemento más difícil para iniciarse, el disponer de una tabla, queda
solventado en parte.
Recuerdo cuando fui a
visar el proyecto del taller de tablas al colegio de arquitectos. Estaban
realmente sorprendidos con la distribución de aquel edificio, ya que era el primer proyecto de este tipo que se les presentaba.
Alberto.- También con el número de practicantes
comienza a subir el nivel en el agua, y algunos como Guse, David Valladares,
Ángel Pozas, …, comienzan a destacar. El boom definitivo se produjo con la
apertura de la tienda Novalbos en 1990. Era la primera tienda de surf en Vigo,
y la disponibilidad de material que se produjo desde su apertura, hizo que
pudiesen ser muchos más lo que se iniciasen en el surf.
De buscar una explicación al por
qué del distinto modo de desarrollo del surf en Vigo y en la zona de Ferrol,
posiblemente éste se encuentre en la distinta orientación de sus playas y
en la cantidad y variedad de las olas que rompen allí, que funcionan con distintos tipos
de mareas y vientos. De todos modos, personalmente creo que hay otra razón
fundamental. Como ya te comentamos al principio de la entrevista, para nosotros
el surf era un deporte netamente de invierno, asociado a los temporales, que es
cuando entran olas en nuestras playas. Sin embargo en Ferrol creemos que ocurre
todo lo contrario. La mejor época para el surf en Ferrolterra son los meses de primavera
y verano. El poder practicar surf en una época del año con mejores
temperaturas, sobre todo cuando no era fácil hacerse con un traje de neorpreno, hizo que
allí el aumento del número de surfistas fuese más progresivo y natural a lo largo de los
ochenta, y que no se desarrollase tras una explosión, y en muy poco tiempo, como aquí en Vigo. A la
calidad de las olas no le daría tanta importancia, aunque sin duda tenga mucho que
ver con el nivel de los surfistas, pero no con su número.
Me dice Jesús que esta entrega, la número 7, será la última sobre nuestra familia, al menos por el momento. Curiosa coincidencia, 7 es también el número de hermanos que practicamos o hemos practicado el surf, justo la mitad de la tropa que componemos. Los otros 7 han tenido la santa paciencia de aguantarnos durante 40 años de interminables conversaciones, discusiones y creación de proyectos sobre el surf en particular y el mar en general. Es pues el momento de agradecer a Jesús su profesionalidad y meticuloso trabajo, su presencia en nuestro cuartel general de Patos armado de cámaras y grabadora, en nuestra casa, que ya es también la suya.
ResponderEliminarProfesionalidad exactamente igual a la demostrada en el resto de capítulos sobre la historia del surf en Galicia, historia que tarde o temprano se convertirá en un magnífico libro. Para muchos de nosotros, cuarenta años después de que esta pasión se cruzase en nuestras vidas, el libro tendrá un incalculable valor. Pues, en efecto, el surf ha sido y es una parte muy importante de nuestra vida personal y familiar que además, como era de esperar, ya se extendió ampliamente a la segunda generación y de inmediato lo hará a la tercera. Nos sentimos en deuda con el mar, con los océanos, con el cuidado del medio ambiente y la sostenibilidad del planeta. Un millón de gracias, Jesús, y un fuerte abrazo.
Vicente Irisarri
Muchas gracias Vicente, a ti y a tus hermanos, por hacerme partícipe de esa historia.
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