Cada ya menos de una semana para que empieza la tercera edición del Malpica Longboard Classic.
En la primera edición no estuvimos físicamente, aunque sí algunas de nuestras fotografías, que se expusieron en la muestra organizada en La Pescadería. El año pasado nos acercamos, y el paso por el festival marcó un antes y un después en mi visión del longboard. De hecho, y tras Malpica, creo que he entrado al agua tantas veces con tabla corta como con el longboard, y lo que es más significativo, con las mismas ganas. ¿Y por qué? Posiblemente todo se hubiese iniciado meses antes, pero en Malpica esa transición se materializó de algún modo: el longboard dejó de ser esa tabla con la que entraba al agua cuando no había olas, para pasar a ser simplemente longboard.
Y aunque este año no sea previsible una nueva "catarsis", allí estaremos para disfrutar de la extensa programación que han preparado los organizadores: conciertos, mercadillo, películas, longskate, y como no olas. No habrá competición, pero sí unos cuantos baños.
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