De entre todas las fotos del Festival de Malpica en las que salgo, he elegido esta secuencia de Pabolinho para la entrada final, porque creo que la cara de felicidad que llevo, sobre todo en las últimas fotos, es la más sincera muestra de cómo he disfrutado durante estos días. Y la sonrisa no se debe a que ésta fuese una de mis mejores olas, porque no lo fue. Siempre es un placer surfear en un sitio diferente al habitual, sobre todo si las olas, aunque no tengan mucho tamaño, rompen decentemente y con algo de fuerza. Además el poder hacerlo rodeado de gente que conoces y a los que no ves habitualmente, y de otros con un nivel increíble, convierte si cabe estos baños en más interesantes. Fuera, y eso que debí de ser de los pocos que no se pasó por "El Submarino", hubo tiempo para todo: para conocer a gente nueva y nuevos lugares; para estar solo y tranquilo simplemente disfrutando del paisaje; para saborear unas riquísimas sardinas preparadas por la organización; para encontrarse con amigos a los que no veía desde hacía años y a los que no me esperaba encontrar en Malpica; y también para darte cuenta que otros son cada vez más amigos.
Desde aquí felicitar y agradecer por su tremendo trabajo a José Dourado, Dani Alvite, Toni Valera y Javi Taladrid, a los que les hemos visto hacer de todo durante estos días. De todo menos surfear, porque su empeño y atención ha sido el que todos los que pasamos por Malpica nos sintiésemos a gusto. Habéis sido unos excelentes anfitriones.
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