HISTORIAS. El Svea.

Lo vi justo antes de salir de casa en busca de olas, y como las perspectivas no eran muy buenas, metí la cámara en el coche por si me lo volvía a encontrar. En Doniños lo vi justo antes de que se escondiese tras las Gabeiras, navegando a bastante distancia de la costa, por lo que incluso, ni a través de la cámara, pude distinguir el tipo de barco que era. Sí que su velamen era curioso, y que no debería ser un barco demasiado grande. 

En Esmelle me lo encontré más o menos a la altura del medio de la ensenada, pero también bastante lejos. Allí el mar estaba tocado de viento, mucho más que en Doniños, y aunque había gente en el agua, estaba convencido que en algún otro lugar tenía que encontrar mejores olas. Como iba con tiempo pensé que antes de ir a Ponzos podría ver aquel barco, desde más de cerca, cuando pasase por Cabo Prior. Pero aunque el viento parecía soplar suave, cuando me asome a la altura de A Cova, el barco ya había superado el Cabo, así que me di la vuelta y fui hasta el faro. Aparqué en la explanada, me asomé al acantilado, y allí estaba, navegando relativamente cerca de la costa, y a un ritmo pausado impulsado por sus velas rojas. Desde lo alto me pareció un barco pequeño y frágil. Demasiado frágil como para haber emprendido una ruta larga. Y más cuando a remolque llevaba una zodiac. Busqué en internet y encontré que se trataba del Svea, un barco sueco de recreo de 12 metros de eslora y 4 de manga, que viajaba desde las Islas Canarias rumbo a su puerto base en Gotemburgo, Suecia. 

Tras hacerle unas fotos volví sobre mis pasos. Santa Comba parecía estar demasiado pequeño, por lo que llegué a la conclusión de que el mar debía de estar del oeste, así que decidí volver a Doniños. Desde la croa vi que en el medio de la playa parecía romper una izquierda contra una corriente. No estaba para el tablón, así que cogí el fish amarillo, con el que podía hacer bien dos años que no surfeaba. 

Mi encuentro con el Svea fue el sábado, y hoy jueves he buscado de nuevo en la red a ver dónde se encuentra. A estas horas, son las nueve de la noche, está en los Países Bajos, en el puerto de Vlissingen-Oost, cerca de la ciudad de Flesinga. Le deben de quedar aún algunos días de viaje.