Eran muchas las ganas de que llegase Malpica, y de hecho la proximidad del Festival hizo que la semana laboral resultase mucho más llevadera.
Aunque el viernes era el día en el que oficialmente comenzaba todo, hubo algunos, los más incondicionales, que el jueves ya estaban en Malpica, por lo que incluso antes de que comenzase el Festival, el ambiente era ya de fiesta.
Tras el viaje en coche y después de echar un vistazo al mar, y aunque las condiciones no eran las mejores con un ligero nordeste que en Malpica sopla de mar, entramos al agua. A medida que la marea fue subiendo el mar se fue ordenando, y al poco de salir, el desorden que me acompañó durante todo el baño se suavizó. Aprovechando los últimos minutos de sol, los recién llegados entraban al agua y vimos el mejor surf del fin de semana que nos quedaba por delante.
Entre saludos, fotos y charlas, cuando me acordé que tenía pendiente el acreditarme era casi de noche. Allí estaba Dani tras la barra, que además de darme la camiseta, y los tickets de las cenas y comida, me vendió 10 rifas, una de las cuales, la 75, sería trascendental.
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