Este año nos acercamos hasta Salinas con ganas de hacer algo de "turismo". Por eso al poco de llegar, y tras saludar, reclutamos a Iago para acercarnos hasta Xagó. Nunca había estado, y Súper me la había descrito como el contrapunto a la playa urbana que es Salinas. Aunque en línea recta, siguiendo la costa, está prácticamente al lado, para llegar a ella es necesario bordear ambos márgenes de la ría de Avilés y cruzar una de las zonas más industrializadas de Asturias y posiblemente de todo el Cantábrico. De hecho el puerto y las industrias llegan hasta casi la playa. Afortunadamente, y antes de llegar, una serie de pequeños montes hacen de barrera entre el área industrial y una playa que parece bastante bien conservada.
Xagó es una playa de casi 2 km de longitud con un extenso espacio dunar. En alguna guía había leído que se trata de la playa asturiana con mayor frecuencia de olas al año (más de 220 días ¿?), así que las expectativas de encontrar olas allí eran bastante elevadas.
Sin embargo y tras asomarnos desde la cima de la duna, la cosa no estaba muy clara. Se veían olas por todas partes, pero nada que nos convenciese realmente. Descartando los picos en los que ya había gente, nos decidimos por lo que parecía una izquierda que rompía contra la corriente.
El baño fue un pequeño desastre. La izquierda que habíamos visto apenas apareció. Las olas, aunque levantaban, apenas llevaban hasta que rompían. Entonces lo hacían con bastante rapidez. Pocas fueron las que nos abrieron.
Mientras que remontábamos la duna, dolorido por una piedra que había mal pisado, pensaba sobre las olas que habíamos cogido. Supongo que aquel habría sido un mal día de Xagó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario