12.12.16

HISTORIAS. El fin del neopreno por Patagonia.


Hace unos años Patagonia me brindó la oportunidad de probar uno de sus trajes a cambio de contar mi opinión sincera en el blog. Mi experiencia fue tan buena que desde entonces no he vuelto a utilizar trajes de otras marcas. Aquel primer neopreno, que tiene ya casi 4 años y muchos baños acumulados, si bien es cierto que ha perdido parte de sus propiedades, sigue manteniendo su integridad, y lo sigo usando en verano. Nunca un traje me había durado tanto tiempo, y parece, por su estado, que aún me acompañará unos cuantos años más.

Hace unos meses, y con objeto de tener un segundo traje para este invierno, me compré otro Patagonia. Esta es la primera campaña en la que todos los trajes de la marca no emplean neopreno, sino que se fabrican a partir de una fibra natural obtenida de un árbol llamado hevea. Este cambio espero suponga una revolución dentro de la industria: existe por fin una alternativa.

Los surfistas hemos dependido del neopreno, y por tanto del petróleo, desde la aparición, hace más de 45 años, de los primeros trajes de surf. Como material, el neopreno se descubrió en 1930. A partir de la polimerización del cloropreno (polipropileno) se obtuvo un caucho sintético que se caracteriza por poseer una buena estabilidad química y mantener su flexibilidad en un amplio rango de temperaturas. El neopreno fue llamado originalmente dupreno (duprene en inglés), ya que fue una invención de la casa DuPont. Pronto se descubrieron también sus propiedades como aislante térmico, y a principios de los setenta se encontró su aplicabilidad al surf, iniciándose con su "aparición" una de las primeras polémicas en la industria: Bob Meistrell, gerente de la marca Body Globe, Jack O´Neill fundador de O'Neill, y el físico Hugh Bradner, se disputaron durante años la "propiedad" de la idea. 

Aunque los "trajes de neopreno" son esenciales para la practica del surf, hemos de ser conscientes de que se trata de un material no renovable en cuyo proceso de fabricación se consumen grandes cantidades de energía y se emplean productos químicos contaminantes. Cuando Patagonia comenzó a fabricar trajes de neopreno en 2005, se propuso innovar para lograr, con el tiempo, trajes duraderos que fuesen lo menos dañinos posibles para el medioambiente. De entre todos los componentes de los trajes, y como era de esperar, se identificó al neopreno como el más perjudicial.

Se inició entonces una búsqueda de materiales alternativos, y se descubrió que era posible producir neopreno a partir de piedra caliza, abandonando así al petróleo. Aunque ésta parecía una excelente idea, la caliza continuaba siendo un recurso limitado no renovable, producto de la minería intensiva, y cuya producción exigía también el empleo de grandes cantidades de energía (tanto en su extracción como en su transporte). De hecho se calculó que el balance ambiental neto del empleo de caliza en lugar de petróleo no era realmente muy diferente. Mientras no se encontraba una solución, y con objeto de reducir la cantidad de neopreno en los trajes, se introdujeron otros materiales como la lana merina libre de cloro. Pero aquello no era suficiente.



En 2008 Patagonia se asoció con una empresa llamada Yulex para desarrollar un producto natural que sustituyese al neopreno. Inicialmente se descartó el empleo de hevea, la principal fuente de caucho natural del mundo, debido a que su explotación estaba asociada a la deforestación en países en vías de desarrollo. Como alternativa se empleó la planta de guayule, un abundante arbusto común en el sudoeste de los Estados Unidos, en donde se introdujo durante la Segunda Guerra Mundial cuando Japón cortó el suministro de caucho al país desde Malasia. El empleo de guayule supuso un gran adelanto. Aunque las plantas no se cultivan de manera orgánica, las cantidades de productos sintéticos y agua que se usan en su fabricación son muy bajos en comparación con, por ejemplo, el algodón. Se trata además de un recurso renovable. El guayule se cultiva de manera que las raíces de las plantas permanecen en el suelo un promedio de cuatro años, con lo que se reducen las pérdidas de nutrientes en el suelo asociadas a una replantación intensiva. Además, durante su crecimiento, las plantas absorben y capturan carbono de la atmósfera. Su procesamiento es sencillo, empleándose, en comparación con el neopreno, mucha menos energía y recursos.

El último paso se dio cuando se supo de la existencia de plantaciones de hevea certificadas FSC en Guatemala. Dicha certificación, emitida por la Rainforest Alliance, garantiza que la gestión de los bosques de donde se obtiene la materia prima sigue unos rigurosos criterios ambientales, sociales y económicos. El caucho de las plantas de hevea se obtiene a partir de un nuevo proceso que elimina más del 99% de sus impurezas -incluyendo las proteínas que causan alergias al látex- dando como resultado un elastómero natural muy fuerte, que se está demostrando como más resistente y flexible que sus sustitutos sintéticos, lo que parece anunciar mejores trajes, en todos los sentidos, en un futuro. Se ha calculado que el uso de esta goma natural, en lugar del neopreno, significa reducir en un 80 % el CO2 emitido en el proceso de fabricación. Desde este otoño, todos los trajes de Patagonia están fabricados en un 85% con este caucho natural, empleando solo un 15% de un caucho sintético que mejorar la resistencia al ozono y los rayos UV.

En un gesto que les honra, Patagonia y Yulex han puesto a disposición del resto de fabricantes el nuevo material, dejando la patente libre. Tras esta decisión hay un deseo: si el empleo de hevea en la fabricación de trajes de agua se populariza, necesariamente bajarán los precios, por lo que nuestra elección como clientes será muy sencilla: elegir un producto biodegradable cuya producción sigue estándares sociales y ambientales responsables, o lo contrario. 

Han sido ya varias las personas que me han preguntado por los nuevos trajes y las diferencias con respecto a los de neopreno. En cuanto a rendimiento, no hay ninguna. Los trajes son igualmente flexibles y resistentes. También igual de calientes que otros Patagonia. Las únicas diferencias las he encontrado en el olor y el tacto. No huelen como los trajes de neopreno, y el tacto parece más suave. Con respecto a trajes anteriores, además del material, las novedades se encuentra en su cremallera frontal. Se ha cambiado el sentido de cierre, con lo que se logra que la cremallera no sufra en el proceso de quitarse y ponerse el traje.

Si el cambio buscado se produce, y dado que en la actualidad solo el 0,5% del suministro mundial de caucho proviene de plantaciones certificadas FSC, lo lógico es que la demanda de hevea proveniente de bosques certificados aumente, y con ello que nuevos productores adopten los criterios que impone la certificación, con todo lo que ello supone para las comunidades locales y el planeta.

2 comentarios:

  1. Hola, me gustaria saber cual es el modelo que utilizas aqui para las aguas invernales de Ferrol/Coruña

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    1. El R3, que es el modelo del que he puesto el vídeo, es perfecto para el invierno aquí. Un R4 creo que sería excesivo. Mira bien las tallas, ya que Patagonia talla más bien grande. En mi caso uso una S, cuando en otras marcas soy una MS o incluso una M.

      Un saludo,

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