17.4.10

HISTORIAS. Hacer la playa.







Desgraciadamente desde hace ya muchos años, el mar se ha convertido en un inmenso almacén de basura. Diluidas en su inmensidad, millones y millones de toneladas de productos y objetos se encuentran flotando en sus aguas, viajando por todo el mundo empujados por las corrientes oceánicas y los vientos. En ocasiones el trayecto que realizan estos residuos es muy corto, de apenas unos días y algunas decenas de millas. Sin embargo en otras, estos objetos permanecen en el agua años, viajando miles de kilómetros, de un continente a otro, de modo que cuando por fin descansan un día en la playa, se depositan como llegados tras un viaje en el tiempo.

Entre esta basura aparecen algunas veces pequeños tesoros. El otro día encontramos, por ejemplo, una bolsa de leche de la marca Leyma de al menos hace 35 años. Otras veces hemos encontrado botellas viejas de Coca-Cola o Pepsi, o boyas que hoy cuelgan en algunos de nuestros árboles. Hace incluso ahora un par de años que Doniños amaneció plagada de grandes vigas de madera. Tanta madera que dio para que durante dos días la playa se llenase de actividad, con decenas de personas afanándose en su retirada. De ahí salieron alguna que otra cocina, porches o cierres de fincas. Recuerdo otro día en que lo que cubría la playa eran miles de bolsas de aperitivos de la marca “Apple Chips”, que seguramente viajaban en un contenedor caído al mar en algún temporal. Dedujimos que las patatas venían de China y viajaban hacia Italia. Cuando las recogimos estaban en perfecto estado para su consumo, aunque su falso sabor a manzana no era de mi agrado.

Y es que la playa siempre ha sido un yacimiento de objetos a los que poder dar un segundo uso. Ahora ya no tanto, pero hace años era muy común entre alguna gente “hacer la playa”, es decir, salir a la búsqueda de objetos traídos por la marea, objetos que poder aprovechar.
Y la marea tenía sus propios personajes, como “Lumeiradas”, quién tenía como única dedicación conocida precisamente recorrer la playa en busca de objetos. Algún día hablaré de él.

3 comentarios:

  1. Yo conocí a uno que estaba medio enfadado con una vecina pq madrugaba más que él.

    Recorrían las playas de Ponzos y Santa Comba por la orilla en busca de ollos vidais y el que pasa de segundo tiene que conformarse con lo que se le escapa de la vista al primero.

    Había localismos a la hora de "hacer la playa".

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  2. ¿qué es eso?...mmm...¿ollos vidais?

    saludos desde Lobster´s Point

    Jesús, dale un saludo a Miguel de mi parte que hace un siglo que no lo veo...

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  3. Ollos vidais, echale un vistazo al enlace que al verlos seguro que ya te das cuenta.

    http://www.windsock.es/columba/artigo.php?id=35

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