Después de comer, y antes de volver por la tarde a la oficina, bajé hasta la playa a ver los efectos del temporal. A parte del río, que está más crecido de lo habitual, la huellas de su paso son realmente apreciables cuando uno se asoma a la arena, sobre todo en el medio de la playa.
En el lugar en el que nos ponemos en verano, la duna ha retrocedido unos diez metros, presentando un cortado de al menos otros cinco. La empalizada que se había construido en verano, ha perdido totalmente su sustento en la duna. Toneladas y toneladas de arena que las olas se han llevado mar adentro.
En Penencia ha vuelto a aparecer la roca que vimos por primera vez la primavera pasada. Su aparición el año pasado nos dio un mes de olas casi inolvidables. Si la calidad de las olas se midiese en proporción con lo que el volumen de roca que se ha descubierto y la arena que el mar se ha llevado, nos puedo esperar una primavera excepcional en Doniños.
Y mientras hacía las fotos, la marea, una de la más altas del año, seguía y seguía subiendo, cubriendo continuamente la roca, arrastrando más arena hacia mar adentro, y socavando un poco más el pié de la duna. ¿Hasta dónde va a llegar? Mañana lo sabremos.
ojalaa Jesus. Si vuelve a pasar eso, tendremos que bautizar a la roca y realizarle ofrendas, para que asome todos los años, jeje. Saludos!
ResponderEliminarOstras otra vez la roca, rocas mejor dicho...
ResponderEliminarMe pregunto como estara Ponzos, tal vez se vea otra vez el bosque fosilizado..
Un saludo¡¡