Uno de mis tipos favoritos de historias relacionadas con el surf son aquellas que tienen a las tablas como protagonistas. Historias que narran acontecimientos y hechos ocurridos durante su “vida”, y que como bien acertó a decir un día Willy Uribe, hacen que haya tablas que cuenten con “una vida propia”, igualando en muchos casos en protagonismo al de sus propios dueños.
Afortunadamente existen muchas de esas historias. Las menos son sobre tablas recientes. Las mejores, y más interesantes, las de tablas históricas construidas ya hace décadas. En desdelacroa ya hemos contado algunas de estas historias con anterioridad: la de la Nat Young de Fernando “Montalvo”, la Roger Cooper de Darryl y que después fue de Carlos Bremón, la Gaviota de Juan Abeledo, la Crystal de Félix Cueto, … . Quedan aún otras muchas por contar, y seguro que otras tantas por descubrir.
Afortunadamente existen muchas de esas historias. Las menos son sobre tablas recientes. Las mejores, y más interesantes, las de tablas históricas construidas ya hace décadas. En desdelacroa ya hemos contado algunas de estas historias con anterioridad: la de la Nat Young de Fernando “Montalvo”, la Roger Cooper de Darryl y que después fue de Carlos Bremón, la Gaviota de Juan Abeledo, la Crystal de Félix Cueto, … . Quedan aún otras muchas por contar, y seguro que otras tantas por descubrir.
Entre las historias más interesantes, que podríamos considerar como contemporáneas, está la de aquella tabla que Emilio le vendió a Iñaki, y de la que su orgulloso dueño decía, antes de efectuar la transacción, que tenía el mérito de haber surfeado en al menos tres océanos: el atlántico, el índico y el pacífico. Sin duda un muy buen curriculum para cualquier tabla y que aquella 6,5 voluminosa, creo que de la marca Eukaliptus, tenía el gusto de demostrar los días en los que las olas eran más complicadas de coger por su tamaño y difícil remada.
Y todo esto lo cuento porque el otro día me visitó en casa una de esas tablas con historia y vida propia. Una flamante Rufo´s Surfboards que vino acompañada por su actual dueño, Antonio, que me la vino a enseñar antes de enviarla a restaurar. La tabla está pintada con una llamativa flecha de color rojo sobre un fondo azul, y posee una más que interesante historia detrás. Ya sólo por tratarse de una Rufo´s, la mítica marca de tablas fabricadas por Rufino en Coruña a finales de los setenta y principios de los ochenta, la tabla es una joya, pero sus vivencias le dan si cabe aún más valor.
No sabemos cuándo se construyó, ni para quién; o si se trató de alguno de esos modelos que Rufino casi fabricaba en serie a partir del molde de otras tablas construidas por shapers reconocidos de la época como Ben Aipa, Mark Richards, Simon Anderson, … . Tal vez preguntándoselo a Rufino se acuerde.
No sabemos cuándo se construyó, ni para quién; o si se trató de alguno de esos modelos que Rufino casi fabricaba en serie a partir del molde de otras tablas construidas por shapers reconocidos de la época como Ben Aipa, Mark Richards, Simon Anderson, … . Tal vez preguntándoselo a Rufino se acuerde.
El primer recuerdo que guarda Antonio de esta tabla es de hace ya muchos años. La Rufo’s, como tantas otras, era la típica tabla de caseta de socorrismo. Sin dueño reconocido, la tabla pertenecía a la playa, en concreto a la de Esmelle, y como tal, la misma era usada por todo el mundo para las cosas más diversas. Su uso principal evidentemente era para coger olas, pero también se empleaba como tobogán para los más pequeños, para hacer travesías por el Vilar o la Fragata, para ir a coger percebes, bucear, y también como ayuda en algún rescate. Hasta que un día la tabla desapareció de la playa, o al menos de la conciencia de Antonio.
Años más tarde, un día que fue a bucear, encontró la tabla entre las rocas de los acantilados de Cabo Prior, llena de golpes y varios agujeros en los cantos. No sabía cómo la tabla había llegado hasta allí, ni cuanto tiempo llevaría golpeándose contra las rocas.
Con la tabla ya en casa, Antonio pudo reconocer que antes de su varada, alguien había modificado la cola a la tabla, que dejó de ser un afilado pin tail, a tener una gruesa popa de forma redonda. También la habían vuelto a pintar, respetando sus colores y diseño original, pero con pintura de barco, en una gruesa capa sobre la fibra original. Los nuevos colores son más llamativos, y le dan a la tabla una decoración que parece casi propia de la de un superheroe de cómic.
Dentro de unos meses, con la tabla ya restaurada, esperamos tener la oportunidad de probarla.
Que tabla mas guapa Jesus¡¡ Vaya historia..
ResponderEliminarHola, yo también tengo una magnifica y rústica Rufo's Surfboard. Menuda historia la de Antonio.
ResponderEliminarEs un modelo de2 quillas de diseño de roca y con cola en W.
La tabla me ha dado mucha alegrías, pero las reformas que le hice con mas o menos fortuna la han convertido en una pieza decorativa mas que en una tabla de surf.
La tabla es heredada y es en la que he hecho mis pinitos desde hace 25 años, me gustaría restaurarla, donde puedo contactar con Rufino?
Saludos desde A Coruña.
Carlos
Muchas gracias.
Hola Carlos. Aunque Rufino continua vinculado al mundo de la fibra ya no se dedica ni a la construcción ni reparación de tablas. A quien si te puedes encontrar en Coruña es con Tito, que todavía mantiene abierto su taller, y a mi parecer sigue haciendo muy buenas reparaciones. La Rufo´s de esta entrada la han llevado a reparar al taller de Sergio González en Asturias (si buscas Sublime Surfboards encuentras el contacto; también puedes visitar en este blog la entrada de título "Tablas con vida propia"). A parte de hacer unas tablas increíbles, Sergio tiene una reconocida fama como restaurador. Por sus manos ya han pasado varias Rufo´s y otras joyas. Sus precios son realmente razonables, sobre todo con el chollo que dan restauraciones de este tipo. Personalmente te animaría a que se la llevases.
ResponderEliminarPor otro lado estaría muy interesado en que me mandases alguna foto de tu Rufo´s. Estoy redactando desde hace tiempo un libro sobre los orígenes del surf en Galicia, y una de los capítulos principales es el de las tablas. Te agradecería que me enviases alguna foto al mail que aparece en el blog, o si algún día vienes por Doniños, quedásemos y le hiciese yo algunas fotos.
Un saludo,
Jesús
Hola Chechu:
ResponderEliminarRecien leida la crónica de esta Rufus, creo que yo podría comentar alguna cosita sobre ella. Ya vamos para adultos en esto del surf y alguna vieja historia conocemos, no?
Pues bien, refenete a esta superviviente y gran tabla, comentarte que entre 1978 y 1980 más o menos, una gente de la Cruz Roja del Mar de Valdoviño, creo que aconsejados por Maso, se acercaron a Coruña y compraron esta tabla. Su fin sería el rescate de bañistas en la playa de A Frouxeira., aunque nunca se usó para este menester dada la inexperiencia del personal en el manejo de dicho artefacto. Su cometido paso a ser el de ser objeto de bautismo surfero para algunos de los socorristas que por aquel entonces prestabamos servicio en la caseta. Creo que nunca nadie llegó a aprender del todo por falta de tiempo de uso, eramos muchos, aunque lugo la usó Javi Paz y no se si fue donde aprendió.
Unos pocos años más tarde, sobre 1985, fue rescatada del almacen invernal de material de socorrismo por un antiguo socorrista y creo recordar que uno de los que participó en la adquisición de la tabla. Esta vez si que ya con la convicción de aprender a surfear.
La tabla, por aquel entonces tenia el típico sistema de puente hecho con hilos de fibra de vidrio, para sujetar un extremo del "invento". El otro extremo, la parte que va al surfero, consistía en un trozo de neumático de coche que se llevaba a la cintura y entre medias y como enlace con la tabla, un trozo de cuerda más o menos largo.
Como ya te he comentado, tras ser rescatada por Jose Agulló de aquel almacen de La Cabana (años más tarde "La Nave")pasó a ejercer realmente su cometido y durante más de un año fue la tabla donde aprendio a surfear José. Comentar que la he visto surfear hasta 2 metros muy bien puestos de los del antiguo Pantín y conservar una linea perfecta en el Take Off.
Una cosa curiosa de aquel entonces es que no todos teníamos trajes y con un par de jerseis viejos bastaba para ir a las olas. El pobre de Jose, recuerdo, entraba como una auténtica moto al pico y cada vez que pillaba una ola se salía a la arena a correr la playa para entrar en calor.
Finalmente, se compró un trifin moderno y nuevo y la Rufus cayo en el olvido.
Curiosamente hace un par de años me llamó mi hermano para decirme que tenia una sorpresa en casa, una gente de Cobas le había llevado algo al Taller. Me presente raudo y allí estaba después de tantos años, pintada por encima de la original, me llevé una gran alegria y me transportó muchos años atrás. No se si la habrán restaurado pero estaba realmente mal.
Caray Luis, la historia completa. Hace poco descubrí que esta tabla había pasado por vosotros. La verdad es que la historia que nos has contado merece rehacer la historia de nuevo. Un saludo y a ver cuando nos vemos.
EliminarSi, la rufos de la caseta de Valdoviño. Eran otros tiempos, la parafina la traía Pepe Touceda de Bazan y los trajes, de la casa nemrod, tenían la cremallera por delante y el cuello era como el de una camisa. Yo la utilice unos veranos, tres o cuatro y el invento era una cuerda de 8 mm de nailon y un trozo de manguera del butano atado al tobillo con un nudo. Por aquellos tiempos deseabas encontrarte con alguien en el agua para compartir las olas.
ResponderEliminarUn saludo