Son muchas las maneras de recorrer nuestra costa, y sin duda la más rápida, aunque no la más interesante, es hacerlo en avión.
La ingeniería aeronáutica te permite recorrer todo el Cantábrico, desde Santiago a Bilbao, y en sentido contrario, en muy pocos minutos. Si el día está despejado, y el piloto elige la ruta "buena", el vuelo se convierte en una excelente oportunidad para ver desde el aire muchos de los sitios que forman parte de nuestro ideario costero.
En esta ocasión no hubo mucha suerte, y la mayor parte del viaje lo hicimos entre nubes, o sobre las nubes, con lo que sólo en el despegue y el aterrizaje pudimos disfrutar del paisaje. Aún así, aunque corto, el espectáculo, como siempre, fue muy interesante, sobre todo cuando las cimas más altas de la cordillera cantábrica asomaron entre las nubes, mostrando parte de sus cumbres aún nevadas.
Ya en tierra, y tras atravesar Bilbao, nos dirigimos hacia el interior, comenzando aquí el verdadero viaje.
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