25.7.13

HISTORIAS. Fuerteventura (parte 9). Lobos.









Parece mentira que en un lugar tan pequeño puedan existir tantos sitios interesantes que conocer. Durante nuestros tres viajes a Fuerteventura, habremos llegado a estar en la Isla algo más de mes y medio, pero aún así son muchas las cosas que nos quedan por descubrir. Uno de estos lugares es la Isla de Lobos.

A sólo cuatro kilómetros y medio de Corralejo, Lobos, en sus escasos 6 kilómetros cuadrados de superficie, se pueda considerar como una muestra perfecta de lo que las Islas Canarias nos pueden ofrecer.

La Isla en su totalidad es un parque natural. Las reseñas históricas cuentan que hace años era refugio de colonias de focas monje y lobos marinos, tal vez de ahí su nombre. A pesar de que hoy queda poco de ellos, la Isla tiene un valor ecológico muy grande, destacando en el conjunto los ecosistemas que se dan en los campos de lava solidifica, denominados malpais, con un catálogo de más de 130 especies vegetales. Pero también es un excelente refugio para colonias de aves marinas.

A la Isla se puede acceder desde Corralejo en barco. Nosotros la rodeamos en la zodiac de David, aunque antes hicimos una parada para comer en El Puertito, en donde nos dimos, en las piscinas naturales que se forman, un baño en las aguas más cristalinas que recuerde.

Desde allí dimos la vuelta a la Isla pasando por la playa de la Arena, el Faro de San Martiño, la Montaña de la Caldera, hasta que llegamos al muelle, y en donde antes de volver a la isla grande, volamos sobre sus aguas. Nos quedaron por probar sus olas, pero ello lo haremos en el siguiente viaje.

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