2.11.13

HISTORIAS. La Rufo's de la flecha (parte 2).









Hace algo más de dos años dedicamos en desdelacroa una entrada a la Rufo´s de la flecha, una de las tablas construidas por Rufino en los años setenta y que su actual dueño, Antonio Vázquez, me vino a enseñar antes de llevarla a restaurar a Sublime Surfboards, el taller de Sergio González en Asturias.

En aquella entrada se contaba parte de la historia de la tabla, de los años en los ésta formaba parte del “mobiliario” de la caseta de socorrismo de Esmelle, y también de cuándo, más tarde, Antonio la encontró entre las rocas de Cabo Prior. 

Desde que escribí aquella entrada, y a través de varias personas, me han ido llegando nuevos datos sobre la Rufo's, apuntes que poco a poco, aunque aún no del todo, han ayudado a que se vaya completando su historia.

Pero empecemos por los orígenes. El otro día, aprovechando que Carlos Bremón se pasó por casa, y que aún guardaba la tabla en el garaje, se la enseñé. Carlos la recordaba, aunque no sabía a quién había pertenecido. Lo que sí que supo fue datar, más o menos, la fecha en la que la tabla se podía haber construido:

“Viendo las formas, sin duda se trata de una de las tablas de los primeros años, en los que las Rufo’s tenían esta forma característica con un volumen y peso considerable. Yo la situaría entre los años 1973 y 1975. A partir de entonces Rufino comenzó a fabricar tablas mucho más evolucionadas, adaptadas a las tendencias de formas y volúmenes de la época”. 

La respuesta de quién fue su primer propietario me la proporcionaría Luis Veiga, quien hace un tiempo me dejaba un comentario en el blog, que se convertía en la pista fundamental:

“Referente a esta superviviente y gran tabla, comentarte que entre 1978 y 1980, más o menos, una gente de la Cruz Roja del Mar de Valdoviño, creo que aconsejados por Maso, se acercaron a Coruña y compraron esta tabla. Su fin sería el rescate de bañistas en la playa de A Frouxeira, aunque nunca se usó para este menester dada la inexperiencia del personal en el manejo de dicho artefacto. Su cometido pasó a ser el de objeto de bautismo surfero para algunos de los socorristas que, por aquel entonces, prestábamos servicio en la caseta. Creo que nunca nadie llegó a aprender con ella del todo, más que nada por falta de tiempo de uso, ya que éramos muchos. Luego recuerdo que la usó Javi Paz, aunque no sé si ésta fue la tabla con la que aprendió".

Preguntándole a Javier Paz por la Rufo’s de la flecha, él la recuerda así:

"¡Claro que la recuerdo!. Era la Rufo´s de la caseta de Valdoviño. ¡Cómo ha pasado el tiempo!. Era otra época. La parafina la traía Pepe Touceda de Bazán, y los trajes, de la casa Nemrod, tenían la cremallera por delante. Recuerdo que el cuello era como el de una camisa. Yo la utilicé varios veranos, tres o cuatro. Por invento llevaba una cuerda de 8 mm de nailon y un trozo de manguera del butano atado al tobillo con un nudo". 



Luis Veiga, quien aparece en esta foto al volante de un boogie, con la Rufo's en el techo, continúa con el relato:

"Unos pocos años más tarde, sobre 1985, fue rescatada del almacén invernal de material de socorrismo, que en aquellos años se encontraba en La Cabana, en las naves que después serían la discoteca “La Nave”. El responsable del rescate fue un antiguo socorrista, José Agulló, que creo recordar que fue uno de los que participó en la adquisición de la tabla. Esta vez la tabla volvía a sus manos con la clara convicción de aprender a surfear.

La tabla tenía el típico sistema de puente hecho con hilos de fibra de vidrio para sujetar un extremo del "invento". El otro extremo, la parte en la que va al surfero, consistía en un trozo de neumático de coche que se llevaba a la cintura, y entre medias, y como enlace con la tabla, un trozo de cuerda más o menos largo.

Comentar que la he visto surfear hasta 2 metros muy bien puestos en Pantín y conservar una linea perfecta en el take off. Recuerdo perfectamente al pobre de José, con la tabla y sin traje de neopreno, entrando en el agua como una auténtica moto, directo al pico, y cómo cada vez que pillaba una ola, se salía a la arena a correr por la playa para entrar en calor.

Tras la Rufo´s se compró un trifin moderno, y de nuevo la Rufo's cayó en el olvido”.

Posiblemente la tabla regresó al almacén de socorrismo, y desde allí pasó a la caseta de Esmelle, en dónde Antonio la conoció: 

“La Rufo’s, como tantas otras, era la típica tabla de caseta de socorrismo. Sin dueño reconocido, la tabla pertenecía a la playa; cuando yo la conocí, a la de Esmelle. Como tal, la misma era usada por todo el mundo para las cosas más diversas. Su uso principal evidentemente era para coger olas, pero también se empleaba como tobogán para los más pequeños, para hacer travesías por el Vilar o la Fragata, para ir a coger percebes, bucear, y también como ayuda en algún rescate. Hasta que un día la perdimos de vista“.

Años más tarde, un día en el que Antonio fue a bucear, se volvió a encontrar con la tabla, pero esta vez entre las rocas de los acantilados de Cabo Prior, llena de golpes y con varios agujeros en los cantos. No sabía cómo la tabla había llegado hasta allí, ni cuánto tiempo llevaría golpeándose contra las rocas.

Con la tabla ya en casa, Antonio pudo reconocer que, antes de su varada, alguien le había modificado la cola, que dejó de ser un afilado pin tail, a tener una gruesa popa de forma redonda. También la habían vuelto a pintar, aunque respetando sus colores y diseño original, pero con pintura de barco, con una gruesa capa sobre la fibra original. Los nuevos colores eran más llamativos si cabe, y le daban a la tabla un aire propio de un superheroe de cómic.

Curiosamente Antonio no fue el único que se encontró a la tabla flotando en el mar. El otro día Alvaro Bruquetas me contaba que la tabla también había pasado por su manos, cuando un día se la encontró flotando en la ensenada de A Malata, en la orilla situada frente al almacén de socorrismo de La Cabana.

Años después, la tabla volvía a encontrarse con los hermanos Veiga. ”Hace un par de años, mi hermano Ricardo me llamó para decirme que tenía una sorpresa en casa: una gente de Cobas le había llevado algo al taller. Me presenté raudo, y allí estaba después de tantos años, pintada por encima de la original. Me llevé una gran alegría y me transportó muchos años atrás”.

Tras arreglarle Ricardo los golpes que tenía, Antonio decidió devolverle a la tabla su lustre perdido, y hace dos años se la llevó a Sergio para restaurar.

Hoy la tabla vuelve a estar lista para echarse al agua, y seguir viviendo nuevas aventuras.

Nota: si alguno de los que leéis esta entrada, habéis coincidido en algún momento con la Rufo's de la flecha, y tenéis algún dato que aportar a esta historia, estaríamos encantados de poder incorporarla. 

5 comentarios:

  1. Yo la recuerdo en la caseta de Valdoviño entre el 81 y el 83 mas o menos.

    Decir que la cuerda y la goma de butano fue un gran invento en el mundo del bugui. Como no lo podiamos ajustar bien en la muñeca, lo subiamos al codo y años mas tarde se convirtio en el standard del corcho.

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    1. Pues si recuerdas alguna anécdota de la tabla cuéntanosla, y la incluímos en la historia. Un saludo,

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  2. Conclusión: ¡ESA TABLA ESTA VIVA! Es imposible que haya pasado por todas esas aventuras, si no es porque tiene vida propia.
    De hecho el otro día cuando me la enseñaste, hubiese jurado que me guiñaba el ojo aunque, como comprenderás, no me atreví a decírtelo.
    Un abrazo.

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  3. Que bella historia, y qué guapa ha quedado la tabla tras la restauración.
    Un abrazo

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  4. Yo hice surf en esa tabla, en la playa Frouxeira por el año 80. El origen de esta tabla creo que fue el de un socorrista que le llamaban el asturiano que la dejo en la caseta de valdoviño por los años 78 -79,
    Saludos javier d.

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