16.1.14

HISTORIAS. Las tablas de Patos.


Cada una de las tablas que aparecen en esta fotografía sería merecedora de una entrada en el blog. Pero el poder verlas todas juntas, reunidas en esta imagen, hace que sus historias cobren aún más valor por lo representan en conjunto: ellas 6, a falta de la primera Barland traída por Victor Montenegro desde Biarritz en 1969, fueron las tablas con las que se surfearon las primeras olas en la playa de Patos a principios y mediados de los setenta.

La foto está tomada en el jardín de la casa de la familia Irisarri en Patos, en el verano de 1977. Junto a las tablas posa Alberto Irisarri, que hace unos meses, por correo electrónico, me presentaba a cada una de ellas.

Empezando por la derecha, la primera de las tablas es una Bilbo inglesa, la cual era conocida por todos como "la Bilbo". Era muy común en aquellos años ponerles nombre a las tablas, y distinguirlas por ejemplo con la marca de su shaper. Este fue también el caso de la "Freedom", la "Bolt", ... . La Bilbo, por cierto, aún está localizable, ya que la conserva Luis Bericua. En aquellos años la Bilbo carecía de puente de fibra para fijar el invento, por lo que éste se ataba a la tabla en la quilla, la cual estaba perforada con un pequeño agujero a través del cual se anudaba el invento. Sin embargo, dado el volumen y peso considerable de la tabla, solían surfear con ella sin invento, para evitar así los fuertes tirones y golpes que se recibían en cada baño al caerse en una ola.

Al lado de la Bilbo está la Cordingleys de Nicolás Pita. Esta tabla, a pesar de ser mucho más ancha, tenía muy poco volumen, ya que su grosor era muy fino. Alberto la recuerda como una tabla excepcional, porque además de ser muy estable, permitía girar sin mucha dificultad, lo que casi era imposible con la Bilbo. Al ser una tabla muy plana, la ola se cogía gran facilidad, sin apenas remada. Gracias a la Cordingleys, Nicolás, que era su propietario, mantuvo durante años su supremacía en el agua.

La tercera de las tablas por la derecha es la "Freedom" de Suso Irisarri. Por la fecha en la que fue tomada la fotografía, la tabla debía de llevar en Vigo escasamente un mes. Cuando se hizo la foto la tabla acababa de llegar a Patos tras uno de los primeros viajes que los hermanos Irisarri hicieron a Biarritz en busca de material.

La cuarta tabla, la tercera por la izquierda, es la mítica Dick Brewer que Macamen regaló a Vicente en las navidades de 1976. Es difícil para uno hacerse a la idea de lo que esta tabla pudo suponer para los hermanos Irisarri, pero creo que un sólo dato resulta relevante para expresar la importancia que esta tabla tuvo en sus vidas: todos ellos recuerdan con claridad el día que la tabla llegó a la casa de Patos, el 4 de enero de 1976, una fecha que marcó un antes y un después en sus vidas; pero también los que fueron los primeros baños de estreno, entrando al agua en pleno invierno con la única protección de una camiseta de algodón, y saliendo morados de frío. La tabla pasó por todos los hermanos, y cuando "acabaron" con ella, pesaba unos 8 kilos, además de presentar numerosos golpes y estar deslaminada por la parte de arriba. Todos la recuerdan como una tabla excepcional, la primera en la que se pusieron de pie sobre una ola.

La tabla azul, al lado de la Dick Brewer, fue comprada a Nacho Montenegro cuando éste se fue a Canarias. Aunque no está claro el identificarla en la fotografía, posiblemente se trate de una Santa Marina que Nacho compró a Jesús Fiochi. De lo que sí que se acuerda Nacho es de su precio: 4.000 pesetas de la época, que equivalían entonces a algo más de un sueldo mensual.

Y la última, conocida como la "Roger Foam", o la "Rojita", fue la primera tabla de Nicolás Pita, comprada en una tienda de Gijón por Ángeles Vega en 1972, y que años más tarde pasó a los hermanos Irisarri como muchas otras tablas de Nicolás. Todos la recuerdan como una tabla difícil, de muy poco volumen, y con la que apenas se podía girar. Otro día contaremos la historia de su compra, absolutamente representativa de lo difícil que resultaba en aquellos años hacerse con una tabla.

Tras éstas vinieron muchas otras. Las shapeadas por Rufino, las traídas desde Sudáfrica, ..., pero esas ya son otras historias.

2 comentarios:

  1. Hola Jesús,
    Bonita entrada del blog, aunque esté mal que yo lo diga, ya que soy el que sale en la foto. Efectivamente cada una de esas tablas tiene mucha historia encima. Y es buena cosa que al menos un par de ellas, la Bilbo y la Freedom, todavía existan y sepamos en dónde andan. Es gracioso, pero puede decirse que todas esas tablas –anteriores a 1975- son pre-democráticas, provenientes del tiempo de una dictadura que ahora estudian nuestros hijos en los libros de historia del colegio junto con los Reyes Católicos. Que tiempos aquellos en que las olas y las playas de Galicia eran como el Far-West para los primeros colonos americanos. Pero mejor dejarlos en dónde ya están, que una dictadura militar es algo anti-natura para la mente del sapiens; aunque tal sistema, por otro lado, tenía la ventaja de saber quien era el que mandaba y el por qué de lo mandado, cosas que hoy ya ni siquiera tenemos claras.
    Un abrazo, y nuevamente enhorabuena por tu dedicación a la historia del surf en esta maravillosa esquina del mundo.

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    1. Si para vosotros es increíble, también para nosotros; aún no había nacido y esas tablas ya estaban cogiendo olas. Muchas gracias por compartir estas historias conmigo. Un abrazo,

      Jesús

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