25.7.16

HISTORIAS. La cámara acuática.










Hace 7 años que uso una cámara acuática compacta para hacer fotos desde el agua. El principal motivo por el que me decanté por éstas, y no por una cámara con carcasa (a pesar de su mejor óptica), ha sido el que me permiten, a la vez que hago fotos, coger olas. Gracias a su reducido tamaño, puedo alojarla tras la cremallera frontal del neopreno. Aunque al principio molestan un poco, sobre todo en las ramadas en las que pegas la barbilla a la tabla al máximo, con el tiempo de acostumbras. Gracias a la práctica, y en medio de una remontada, soy capaz de sacar la cámara y enfocar bastante rápido. Sin embargo no siempre me meto al agua con ella. Depende en buena medida de quiénes estén en el agua, pero sobre todo de las condiciones del mar. Si la ola es una orillera rápida, o si el pico no está muy definido, lo suelo descartar: sacar la cámara entre espumas, con la tabla atada al pie, y en escenas en lo que todo ocurre demasiado rápido, se ha demostrado como una situación en la que el éxito es muy poco probable. 

En todo este tiempo las he tenido que renovar varias veces. En ocasiones por "accidentes" de los que soy el único culpable, y en otras después de un uso intensivo. Recuerdo que con las primeras probé de todo: atadas al mástil de la tabla de wind, al flotador de una cometa de kite, pegada con cinta americana a la tabla de surf, ..., buscando un ángulo o una visión distinta. Con el tiempo he descubierto que los mejores resultados los logro con la cámara en la mano. Siempre he usado cámaras Olympus. Bajo mi opinión, y para este tipo de cámaras, son las que ofrecen la mejor calidad/precio, con una gama bastante amplia de calidades, precios, resistencias, ... . Ahora tengo una TG-4 (la segunda, después de que su predecesora muriese tristemente ahogada en Esmelle). Pero también he usado una TG-2 (que aún funciona), una TG-820 y una TG-310.

Con el tiempo, y a base de probar, he ido encontrado el modo con el que logro las fotos que más me gustan. Normalmente trabajo con el zoom óptico a tope (en las Olympus x4), y sitúo la cámara todo al ras de agua que puedo. Normalmente cuando hago las fotos voy sobre la tabla, así que me agacho  todo lo que puedo, aunque sea a costa de perder precisión con el encuadre. Lo que me gusta de esas imágenes, diferentes a las de un surfista bien encuadrado, es que me ofrecen detalles que no siempre están al alcance de la vista. Por eso suelen ser comunes en mis fotos surfistas "degollados", en imágenes en las que el interés se centra en el detalle de los pies y las piernas, o de cómo la tabla desliza a través de la pared. Creo que en este modo de sacar fotos la fortuna tiene buena parte de la culpa del éxito. Evidentemente los descartes son también muchos. Pero entre todas, en ocasiones hay alguna que consigue llamar mi atención.  

2 comentarios:

  1. Que tal Jesús!
    De lo que no cabe duda es del estupendo rendimiento que le sacas. No sabes como se le abre a uno el apetito al ver estas refrescantes fotos, lo malo que por aqui llevamos varios dias con el mar plato, paciencia...
    Lo de la camara para sacar fotos en el agua es algo que me llama mucho la atención, aunque ultimamente estoy un poco vago para disparar.
    Venga, un saludo!

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    1. Hola Fran, a veces también me pasa a mi lo que dices. Entonces es mejorar dejar descansar la cámara y esperar el día. Independientemente de ello te aconsejo que te hagas con una: hacen algunos baños mucho más interesantes. Un saludo,

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