14.11.19

Uno de esos días en Rincón.



A través Ryan Lovelace me he enterado de una petición en change.org que, aunque centrada en la ola de Rincón, merece una reflexión para nuestro entorno más próximo. La petición dice así:

"La web Surfline ha instalado recientemente una cámara en Rincón, en el pueblo de La Conchita. Los surfistas de la comunidad local nos hemos organizando para pedir su retirada, e invitamos a otros a que también apoyen nuestra petición. 

La comunidad local entiende que Rincón, la "Reina de la Costa", es un lugar público, abierto a que cualquiera lo disfrute. Nuestra intención no es que Rincón sea sólo para los "locales", ya que somos conscientes de que esta joya de la costa de California es ampliamente conocida y querida por muchos, y que surfistas de otro lugares vienen a disfrutar de sus olas durante el invierno. Pero la instalación de una cámara web supone una presión adicional sobre una ola ya saturada de surfistas.

Surfline gestiona su red de cámaras web desde hace mucho tiempo. Muchos de nosotros la usamos, así como sus herramientas de previsión. Pero con respecto a Rincón, ¿no se puede dejar sin tocar? ¿Se deben instalar cámaras en todas partes hasta que podamos visualizar toda la costa en vivo?

Todo surfista ha experimentado la satisfacción de disfrutar de buenas olas, con poca gente en el agua, los días en los que, de modo repentino e inesperado, el viento cambia de dirección o intensidad; o cuando la marejada pronosticada llega un día antes o unas horas más tarde. Si bien la proximidad de Rincón a la autopista puede hacer que parezca un lugar fácil de chequear, la realidad es que conocer todos sus secretos exige de un cierto esfuerzo, tiempo y conocimiento para poder "predecir" esos días. Es por ello que solicitamos se desinstale la cámara de La Conchita para que siga siendo posible disfrutar de esos momentos mágicos de surf con poca gente en el agua.

Dejemos que la próxima generación tenga también la oportunidad de experimentar un swell imprevisto, o una sesión con poca gente en el agua. ¿Recuerdas cómo eran esos días?



Creemos que hay algo antidemocrático en que una empresa tome decisiones que van en contra de los deseos de la comunidad afectada. El hecho de que un individuo o entidad pueda hacer algo, no significa que deba hacerlo. Pensando en el futuro, por ejemplo dentro de una década, ¿te sentirás orgulloso por haber renunciado a un lugar único para la práctica del surf sólo para que una empresa llene sus bolsillos?, o ¿estarás contento de poder disfrutar de una ola de clase mundial que aún conserva una cierta integridad y capacidad de sorpresa (cualidad, por otro lado, cada vez es más rara en el mundo del surf)?

Por respeto a los que viven aquí, y a los que sueñan con surfearla, ayúdanos a mantener vivo el misterio y la mística de Rincón. Y para aquellos que no llamen "hogar" a esta costa, les invitamos a que vengan y disfruten de Rincón con nosotros en un espíritu "aloha", como a Duke Kahanamoku hubiera querido que lo hiciéramos.

Larga vida a la "Reina de la Costa"".

Extendiendo la reflexión más allá de la proliferación de cámaras web en la costa, ¿tienen en cuenta los proyectos vinculados con el surf que se desarrollan en nuestro entorno las inquietudes de la comunidad local y aportan valor a ésta?; ¿buscan realmente ser compatibles, ya no digamos potenciar, la conservación del medioambiente, el respeto por la cultura local, y la propia del surf, y el desarrollo económico y social de la población local?; ¿son nuestros actos individuales realmente coherentes con aquello que tantas satisfacciones nos aporta?

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