20.4.09

SUCEDIÓ EN A CROA. 1981. En el punto de mira



A finales de los setenta Juan Abeledo hijo vivió una de las experiencias más surrealistas que se conocen en la historia del surf en Galicia.

Una mañana de domingo, temprano, mientras se estaba dando un baño en el medio de Doniños junto con su amigo Enrique, fue tiroteado desde el campo de tiro recibiendo un impacto de bala que se alojó justo al lado de una vértebra cervical y que, gracias al traje de neopreno, no fue más allá. “Estaba sentado en la tabla y vi varias salpicaduras en el agua cerca de mí. De pronto, sentí un golpe en la espalda y algo que me derribó y me lanzó sobre la superficie del agua”.

Dolorido, él y su amigo salieron del agua, superando a gatas el sistema dunar. Cuando llegó a casa, sin haberse quitado el traje, su padre vio un rachón en el neopreno, detrás de la cabeza, por donde había entrado la bala. Rápidamente fue llevado al hospital y el médico le pudo extraer sin daño el proyectil que, superficialmente, tenía alojado junto a una cervical.

El asunto no transcendió ya que eran otros tiempos. El Jefe del Destacamento del campo de tiro de Doniños, que era muy amigo del padre de Juan, le rebelaría más tarde que la bala provenía de la pistola de un civil que, en aquella mañana de domingo, practicaba sin autorización oficial el tiro en la galería de la instalación militar. Los tiradores creían que estaban disparando a delfines.

1 comentario:

  1. que desgraciados...tirando a delfines....gracias a dios atras quedaron los tiempos en los que subian desde ferrol a pie para ir al tiro....subian a veces por la cabana y los recuerdo de pequeñito verlos pasar sentado en el jardin de mi casa en Valon

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