19.8.10

ISLAS. Las Gabeiras (parte 1).


Desde cualquier lugar de la playa, la vista del mar es dominada por las Islas. Da igual la época del año sea. Que el mar esté en calma, o que haya temporal. Allí permanecen ellas inmóviles, dominando el paisaje y reclamando nuestra atención.

Creo que somos muchos los sentimos una especial atracción por las islas. Tal vez sea por el caracter simbólico que les acompaña y la idea de aislamiento y misterio que de ellas tenemos en nuestra mente; tal vez porque muchas han protagonizado historias llenas de tesoros y aventuras con las que hemos disfrutado desde pequeños.

Me imagino que todos tendremos nuestras islas preferidas, y en mi caso, tal vez por cercanía, una de ellas son las Islas Gabeiras.

Aunque siempre había oído que eran dos, la realidad, y en mi opinión tras visitarlas, es que se trata de una sola, formada por dos altos unidos por un cordón de roca, con el cual forman una pequeña ensenada. Sin embargo no voy a ser yo el que diga que no son dos, más que nada para que sigan siendo las “Islas”, en plural, y por las importantes diferencias que existen entre una y otra, que hacen casi indiscutible el considerarlas una pareja.

Si algo llama la atención al observarlas es su diferente color, a pesar de estar tan cerca. Una, la de formas más pronunciadas, es clara. Sin embargo la exterior destaca por su color oscuro, que de cerca es negro. El origen de dicha diferencia se encuentra en que cada una de ellas se formó en periodos geológicos diferentes. El islote más cercano a la costa está constituido por materiales rocosos, de colores claros, similares a los de los acantilados de la costa. El islote exterior, dicen los entendidos, que está formado por una roca ígnea compuesta por minerales ultrabásicos muy bien cristalizados, que le dan esa coloración negra distintiva.

La vegetación es muy escasa, si bien en el islote exterior es más abundante que en el interior. Son comunes la denominada “herba de namorar”, el “prixel de mar” y sobre todo la malva “lavatera arborea”, que crece en la meseta superior protegiendo los nidos de las gaviotas.

A pesar de su pequeño tamaño, las islas albergan una interesante colonia de aves marinas, entre las que destacan las “gaviotas patiamarelas”, con unas 300 parejas, el cuervo marino cristado, o otras aves pocos frecuentes en nuestras costas como la denominada “paiño do mal tempo”, el andurón, la “biquivermella” o la “gralla cerexeira”.

Y como no estas Islas tienen su propia leyenda: se cuenta que hace muchos año un puente colgante las unía con el continente, y más concretamente con el castro de Lobadiz. También he oido que hace años hubo gente que llegaba a ellas saltando de roca en roca desde tierra.

Debido a su importancia ecológica, las Islas Gabeiras deben ser visitadas lo más mínimo posible, salvo para visitas científicas o en actividades controladas de pesca y marisqueo. En nuestro caso, y con objeto de interferir lo mínimo, realizamos la visita una vez finalizada la época de cría de las aves. De hecho no nos encontramos ni una sola.





Información científica extraída de la guía “Routeiros Naturais: Monte de San Xurxo”, editada por la Sociedade Galega de Historia Natural.

Muchas gracias a Rubén por la visita y a Emilio por hacer de guía.

2 comentarios:

  1. Imagino que siempre han sido dos islas independientes, aunque el hecho de que estén unidas por un cordón de roca y por las importantes así como vitales diferencias que entre ellas existen:Juntas son Grandes

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  2. http://www.flickr.com/photos/pabolinhophoto/4119195725/in/set-72157624466421351/

    Saludinhos...volveron as ondas!!!

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