8.5.12

HISTORIAS. Fernando y Keko (parte 1).



Más conocidos como Fernando y Keko "Montalvo" por la óptica y tienda de música que regenta su familia, son dos de los miembros de unas de las sagas surfísticas más conocidas de Doniños. Empezaron a deslizarse en la montaña y cuando conocieron el surf, éste les enganchó tanto o más que la nieve, su otra gran pasión. Juntos hemos compartido muchas horas de playa, que han dado para una interesante y larga charla que hemos dividido en tres entradas que iremos publicando en días sucesivos.

Fernando: En el año 1975, algunos de mis hermanos y yo fuimos de viaje con nuestro padre a París. El viaje lo hicimos en coche recorriendo toda la costa cantábrica y las Landas hasta llegar a la capital francesa. En el camino paramos en Zarautz, y allí fue donde vi a alguien por primera vez hacer surf. Con quince años ver a esa gente deslizándose sobre las olas me llamó muchísimo la atención, ya que aquello superaba con mucho lo que hasta entonces mis hermanos y yo habíamos sido capaces de hacer en la playa, cogiendo olas con el cuerpo y de pecho. Al día siguiente paramos en Biarritz, y de nuevo volvimos a ver a más gente haciendo surf en Côte des Basques y La Grande Plage.


F: Al verano siguiente en Covas, donde veraneábamos, vimos llegar a unos ingleses a la playa con sus tablas de surf. Se metieron en la derecha que rompe entre las playas de la Fragata y el Vilar. Estuvimos durante todo su baño mirándolos como tontos y entusiasmados. Es en ese momento, cuando soy consciente de que nace en mí la inquietud de hacer surf y que tengo que hacerme con una tabla. Tres años más tarde, en 1979, me enteró a través de mis primos Vicente y Chiri, hermanos de Nano Couto, que un amigo suyo, al que habían conocido practicando motocross en el circuito de Doniños, tiene varias tablas de surf en una caseta en la playa de Penencia. Su nombre era Juan Chedas. A los pocos días me presenté en Penencia y Juan me prestó una de sus tablas. Fue así como probé por primera vez el surf.



F: Estuve metiéndome con las tablas de Juan durante mi primer año, hasta que en 1980 me encargué una "Yacthland" como la que él tenía. Era un precioso tablón amarillo de una quilla. Desgraciadamente sólo me duró tres meses. Un día empezó a despegarse la protección plástica que unía los cantos y le comenzó a entrar agua, por lo que el foam inyectado de su interior se empapó. La tabla pesaba tanto que era inutilizable. Al año siguiente me compré una Rufo´s Surfboards de una quilla, también amarilla con un triángulo azul.


Keko: Yo empecé un año más tarde que Fernando, en el verano de 1980. Un día fui con él, Vicente, Chiri y mi hermano Álvaro al chiringito de Juan a probar una de sus tablas. Personalmente me pareció divertidísimo, así que desde el primer día se puede decir que ya estaba enganchado. Me acuerdo que aquel primer día sólo conseguí coger olas tumbado y que salimos del agua con calambres del frío, la tensión y la emoción.


K: Las referencias anteriores que teníamos sobre el surf eran muy escasas, salvo por algunas imágenes que habíamos visto en la televisión y el recuerdo de los ingleses con los que habíamos coincidido en la playa del Vilar. Sin embargo aquel deporte se asemejaba bastante a la que era mi gran pasión y la de mis hermanos: el esquí. El esquí nos entusiasmaba y descubrir el surf fue como una revelación. Y era perfecto, ya que se trataba de un deporte de deslizamiento que podíamos practicar todo el año.


K: Ese primer verano surfeamos sobre todo en Penencia, Esmelle o en la playa de la Fragata, a donde íbamos cuando había mucho mar en Penencia y porque quedaba cerca de la casa en la que por aquel entonces pasábamos los veranos. Al verano siguiente ya estábamos surfeando como locos, y es en ese año cuando conocemos a otros que también hacían surf: los Antón, los Abeledo, Carlos Bremón, Vicente Irisarri y muchos de sus hermanos, así como a la demás gente de Coruña. Ese año coincidió con mi primer año en el instituto y que suspendí un montón de asignaturas.


Se puede decir por tanto, que el hecho de que os metieseis en el surf venía un poco derivado de vuestra afición por la nieve.


K: Pues mirándolo de eso modo la verdad es que sí. Mis hermanos y yo empezamos con el esquí en el año 1973, cuando tenía 7 años. Una de mis hermanas fue de excursión a la estación de Manzaneda con su colegio, y cuando volvió lo que contaba era tan increíble que mi padre decidió probarlo. Un día, nos apuntamos todos a una excursión que organizaba la tienda de Deportes Brufao de Ferrol. La excursión era precisamente a Manzaneda, y desde aquel momento mi padre quedó prendado por ese deporte. Después de aquel primer viaje empezamos a ir a menudo a la nieve, primero a Manzaneda, después a Pajares, y a partir de 1975 a los Pirineos. Aquellos viajes, tanto por lo que suponían a nuestra edad como experiencia, novedad, y sobre todo por el estado en el que estaban las carreteras, eran una verdadera aventura.


Y la nieve ha sido una afición que no habéis perdido todavía.


K: Más que a la nieve, la afición es por la montaña. Desde siempre íbamos con mi padre a la montaña, incluso antes de descubrir el esquí. Solíamos hacer marchas por el monte: los Ancares, el Caurel, Trevinco. Después vino el esquí. Mi padre se metió en ese deporte a los 46 años, y lo practicó durante 12 años hasta 1984, cuando se rompió el menisco. Para poder llevarnos al máximo de hermanos posibles en cada viaje, se compró un Jimmy de la General Motors. Era un todo-terreno inmenso del que sólo había 16 unidades en España, y en el que entrábamos 8 personas, no sólo por su enorme espacio, sino también gracias a un error en la documentación del coche, y a una fila adicional de asientos que mi padre montó. Teníamos que ir de todos modos en turnos, ya que no podía llevarnos juntos a los 8 hermanos. Sin duda aquellos viajes han sido en mi vida una de las cosas más importantes.



K: El esquí nos gustaba tanto que hasta buscamos como seguir practicándolo en verano, cuando no había nieve. A finales de los setenta, antes de meternos con el surf, descubrimos el esquí de hierba. Fernando encontró en una revista el “artilugio” que permitía el deslizarse por la hierba, y lo pidió por correo. Era como una especie de esquís pero con orugas, más bien parecidos a unos patines. Creo que aún los debemos de conservar en casa de mis padres. La verdad es que nunca llegamos a dominarlos, además de que daban un poco de miedo ya que eran difíciles de controlar. De hecho uno de los mayores problemas que teníamos con ellos era el deó frenar. La gente debía de alucinar cuando nos veía tirarnos monte abajo aquí en Doniños.


K: Después descubrimos el snowboard y aquello nos pareció al principio el no va más. Para nosotros, que nos gustaba el surf y el esquí, el snow era el deporte que unía nuestras dos grandes pasiones. La primera tabla de snow que vimos la encontramos en Baqueira en una tienda. La tenían en exposición y cuando quisimos hacernos con ella, nos dijeron que en Baqueira estaba prohibido utilizarlas. Durante años combinamos esquí y snow.


Volviendo al surf. ¿Cómo era el ambiente en la playa en aquellos años?


K: En la playa, y en particular en Doniños, había muy poca gente. No había la cultura de playa que tenemos ahora, y además los accesos a Doniños tampoco ayudaban. La carretera terminaba en A Croa, y desde allí había que bajar andando, cargado con todo lo que trajeses hasta la playa. Había un camino de piedras pero estaba en muy mal estado, lleno de baches. El camino lo asfaltaron en el 86. En la playa estábamos por familias, cada una en su duna: los Antón, los Couto y nosotros, los Abeledo, los Irisarri, ... .



K: En el 81, al verano siguiente de iniciarnos en el surf, empezamos a ir a Outeiro. Creo que fue en ese año que conseguimos que el Ayuntamiento nos dejase guardar las tablas en la que era la primera caseta de socorrismo que hubo en la playa, y que estaba desocupada. Estaba cerca de la fuente, al lado de la caseta de Juan Abeledo y de la que después se compraría Juan Chedas, y como las demás era una caseta metálica, de lata, con una cruz roja pintada en la fachada. Allí pasamos tardes y tardes cuando no había olas, o entre baño y baño, charlando sentados en la hierba. Enseguida formamos un buen grupo con Juan Chedas, los Couto, los Antón y otros. 


Continuará ....


1.-Keko y Fernando "Montalvo" en Doniños en 1984. Keko con una Rufo`s y Fernando con la "Nat Young".
2.-Fernando en 1980 con la Yachtland.
3.-Excursión a la nieve.
4.-Caseta en Doniños. Entre otros los Antón, Paul "el inglés" y Juan Chedas.


Parte 2 pulsando AQUÍ.

5 comentarios:

  1. Esa tabla azul de José Luis Antón sería mi primera tabla poco después, en el 85, por 8000 pelas. Una fortuna para mí, pero mi primera tabla! Como pasa el tiempo.

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  2. Que tal Jesus, me gustan este tipo de entradas sobre todo por saber de primera mano como fueron los comienzos por aqui. Siempre he pensado que esos primeros tiempos debieron de ser tremendamente fascinantes, sobre todo en comparación a hoy en dia, que a golpe de click dispones de toda la información habida y por haber. Gracias por la labor de información que llevas a cabo, un saludo!

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  3. Muchas gracias a los dos por vuestros comentarios. De hecho una de las ideas de ir publicando las entrevistas es recibir aportaciones como las de Alfonso que sin duda las enriquecen, y que además pueden abrir nuevas líneas de investigación.

    Y en cuanto a tu comentario Fran, se suele decir que cualquier tiempo pasado fue mejor, o al menos hoy nos lo parece. Como todas las épocas tendría su parte buena y mala, pero sin duda los "pioneros" han sido lo que han podido de disfrutar de un surf más puro. De lo que se trata ahora es de no perder esa esencia, y que cada uno la disfrute a su manera.

    Un saludo

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  4. Buenas, acabo de descubrir tu blog y quería felicitarte, muy bueno :D desde hoy tienes un nuevo seguidor. Salu2 y buenas olas!

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    1. Muchas gracias Ernesto. No hay mejores ánimos que a la gente le guste lo que se publica. Un saludo y buenas olas también para ti!!!

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