8.8.12

HISTORIAS. Pena Lopesa.






El sábado pasado, ante la pobre previsión de olas, decidimos madrugar y recorrer la senda litoral que une Ponzos con Campelo para ver si había suerte y encontrábamos algún sitio en donde surfear. Si las olas finalmente no aparecían, tampoco era tan mal plan disfrutar de las excelentes vistas de este tramo de costa.

Comenzamos por Ponzos, en donde los primeros paseantes comenzaban a recorrer la playa. Parecía haber algo más de mar que en Doniños, pero insuficiente, así que pusimos rumbo hacia El Casal, en donde tampoco encontramos olas.

En medio del camino, antes de llegar a Campelo, y al ver el cartel que anunciaba nuestro paso frente a Pena Sopesa, me acordé de una historia que sobre este lugar me contó hace tiempo Carlos Bremón. Así que nos desviamos y cogimos el camino que nos llevó hasta ella.

Pena Sopesa es un islote, de unos 50 metros de ancho por 150 metros de largo, que se alza sobre el mar en el fondo de un acantilado. Su base está horadada por una caverna que lo atraviesa de lado a lado, y a través de la cual se puede pasar en marea baja. Su altura máxima fácilmente supera los 30 metros. Para acceder a la isla, si no eres escalador, lo más sencillo es hacerlo por su cara más expuesta. En el lado protegido existe una cuerda que es utilizada por los mariscadores para ascender a la isla.

Las características y ubicación del lugar le hacen a uno sospechar que éste puede ser otro de esos lugares de nuestra costa llenos de historias. De hecho, en el camino por el que hemos llegado hasta aquí, se contaba que, coincidiendo con las fiestas de Cobas, los vecinos habían visto en varias ocasiones a un jinete, que identificaron con el demonio, y que iba dejando tras de sí, mientras galopaba a toda velocidad, una estela de fuego. 

Varias campañas arqueológicas han localizado vestigios de un castro, lo que confirma que hace años la isla no sólo estuvo habitada, sino que posiblemente fuese una península unida a tierra firme por un cordón de material que el mar se encargó de erosionar.

Al parecer el nombre de Pena Lopesa, se debe a un tal Lopo de Lago, del cual se dice que construyó un castillo sobre la peña. La fortaleza fue destruida cuando Lopo, en un ataque de furia, asesinó a su mujer.

Otra curiosa leyenda cuenta que un rey, descendiente de Lancelot, y que tal vez podía ser el mismo Lopo de Lago, poseía en la isla un castillo con un enorme tesoro. Un día unos ladrones lo asediaron rodeándole y no dejándole salir de la isla. Sólo disponía de una pequeña provisión de maíz para subsistir, con lo que los ladrones pensaron que o abandonaba la isla, o moriría de hambre. Sin embargo, el poco maíz que tenía lo utilizó para dar de comer a las aves, y alimentarse con ellas dándoles caza. Tras esta muestra de ingenio los ladrones desistieron y abandonaron la costa.

La última de las leyendas cuenta que otro rey, perseguido por la justicia, buscaba siempre refugio en el castro, para lo cual entraba cabalgando con las herraduras de su caballo puestas al revés, haciendo creer así a sus perseguidores que salía en lugar de entrar cada vez que se refugiaba en la isla. 

Tras comprobar en Campelo que la fuerza del mar tampoco era suficiente, regresamos a Doniños, en donde al menos hubo un baño, aunque raquítico, con el tablón.

1 comentario: