HISTORIAS. ¿Qué paso después?

Muchas veces mientras estoy en el agua sin la cámara veo fotografías que se me escapan precisamente por no llevarla conmigo. Ese día me pasó en unas tres o cuatro olas. La luz era perfecta, al igual que la trayectoria que seguía el surfista con respecto al sol. Así como tan pronto como una ola me dejó una en la orilla, eché una carrera hasta la mochila para cogerla.

Ya en el agua de nuevo, no se volvió a dar ninguna situación como las que había visualizado antes, así que del baño no salió ninguna de las fotos esperadas. Pero entre las que hice, ha habido una que me ha gustado. Estábamos los dos remontando. Pablo venía un poco atrás y esperé a que me adelantase aunque sin pararme por completo. Por su mirada parece que una serie estaba de camino. Al ver la imagen pienso en lo que le estaría pasando por la cabeza. Remando con todas su fuerzas. Seguro que con el corazón a unas buenas pulsaciones. Esperando a que las olas apareciesen por donde nos las habíamos imaginado cuando las vimos anunciarse en el horizonte. La verdad es que no recuerdo que pasó después.